EL COCHE FANTASMA

Ayer por la noche revisamos un poco de cine adolescente de los ’80.

Para ello, elegimos ver la película «El Aparecido» («The Wraith«, 1986), un espectáculo grotesco de estereotipos ochenteros, tan simple como divertido.

Argumento: una banda de jóvenes punkis, liderada por un tal Packard (Nick Cassavettes), campa a sus anchas en un pequeño pueblo de Arizona (Estados Unidos), celebrando carreras ilegales de coches en las que el premio es el coche del perdedor.

Además, según parece, unos años atrás, esta banda asaltó una casa en la que se encontraba una pareja de novios, asesinando al chico y violando a la chica.

Un día, un desconocido montado en moto (Charlie Sheen) aparece en el pueblo y comienza a comportarse de modo que hace enfadar a Packard y su banda.

De repente, durante una de las carreras ilegales, aparece un siniestro vehículo negro, muy superior en destreza y velocidad, que comienza a acabar con la vida de los miembros de la banda de Packard.

Antes de seguir con el artículo, queremos dejar muy claro que la película es mala. Es decir, el principal objetivo de la cinta es entretener a un público de corta edad (irónicamente, está prohibida a un público menor de 18 años, cuando debería estar prohibida a un público mayor de 18).

Hubo un tiempo en que, en Antena 3 (y a veces también en Telecinco), se emitían, los sábados en la sobremesa, películas muy entretenidas y de argumento sencillo, basadas generalmente en dos temáticas: la lucha buenos/malos y el ambiente preuniversitario y universitario, en toda su extensión.

En esa época es cuando ví esta película (quizás incluso más de una vez) y durante años he intentado encontrar su título y la forma de volver a verla. No ha sido fácil.

La película es un espectáculo de lo grotesco y lo estereotipado, como decíamos. Ochentera a más no poder: desde sus personajes hasta su música, pasando por su argumento.

Personajes estereotipados que parecen salidos de un cómic. El villano, malo malísimo e increíblemente previsible.

Curiosamente, a pesar de ser una película casi destinada a los videoclubs y cines de verano al aire libre, presenta un reparto que ya lo quisieran otras películas de mayor presupuesto.

Es bastante habitual en las películas de los ’80 de bajo presupuesto, encontrarse a actores que hacían sus primeros pinitos. Seguramente, era la forma que tenía Hollywood de ir «rodando» a sus futuras estrellas. En ésta podemos ver a un joven Charlie Sheen que, un año más tarde, rodaría «Wall Street«, quizás su obra maestra.

La guapa de turno es una casi irreconocible Sherilyn Fenn teñida de rubio, al gusto de la década.

Por supuesto, tratándose de una película dirigida al público adolescente, en plena década de los ’80, no podía dejar de estar cargada de gratuidades: violencia gratuita y sexo gratuito.

Ahonda en la temática del tuning y las carreras ilegales: una mezcla muy utilizada en varias películas de los últimos años.

En esta película aparece un coche muy extraño, precioso por cierto, que se trata del prototipo del Dodge M4S, uno de esos coches raros del cine.

En resumen, se trata de una película de calidad cercana al truño, pero sin llegar a serlo, que incluye una música decente y unas escenas de persecución de una calidad superior a la de películas más famosas y con mayor presupuesto. Cine palomitero en toda su expresión.

https://www.youtube.com/watch?v=9QNDycDirxA