¡ Apenas acaba de llegar la primavera y ya tenemos ganas de que llegue el verano !
Y eso se nota tanto en el clima casi veraniego de ayer como en las ganas que vamos teniendo de conciertos y festivales.
Y como todavía queda mucho para el ContemPOPránea, no hemos querido dejar escapar la oportunidad de disfrutar del concierto que DHERA DUN dieron ayer en la Sala Porta Caeli de Valladolid, un local que nos ha sorprendido muy gratamente. No habíamos estado antes allí y ha sido una buena forma de conocerla.
Aunque primero nos hemos tomado una cervecita en el semi hortera Pub Masai, dado que el concierto llevaba algo de retraso por problemas técnicos.
Realmente, la estética de la sala acompañaba perfectamente el sonido psicodélico de DHERA DUN.
Ha sido la primera vez que veíamos a DHERA DUN con el nuevo nombre de la formación, tras sus comienzos como SPEAKEASY, cuando actuaron en el Ebrovisión 2005 y, posteriormente, de teloneros de DELUXE hace aproximadamente un año.
El concierto formaba parte del enorme cartel del Valladolindie, el festival de música independiente autoproclamado «el festival más largo del mundo».
Y no es falsa esa afirmación, puesto que se trata de un festival cuya duración abarca varios meses, superando a otro de los más largos del mundo, como es el Festimad.
En palabras de nuestro querido Juan Carlos Cerdera:
El concierto se encuadraba dentro de la edición 2007 del Valladolindie. Por espacio de hora y cuarto, el centenar de personas presentes disfrutamos con la presentación de su primer trabajo titulado JARDÍN. «Sólo has de entrar y flotar». Toda una declaración de intenciones. El sonido exótico inconfundible e hipnotizador del sitar junto con el theremin, entre otros instrumentos, te trasladan a esa dimensión donde se nos invita a entrar en sus canciones. Títulos como «Jardín», «Órbita Química», «Reina de los Sentidos» y «Mr. Papi», homenaje a un amigo de la administración, dan imagen de grupo formado a base de pasos cortos pero seguros. Su entrega, entusiasmo y savoir faire presentan una música sentada y profesional.
No hemos sido muchos los que nos hemos reunido allí, quizás por no ser una sala céntrica de la ciudad o quizás porque ha sido el primer fin de semana de buen clima, pero realmente hemos estado muy agusto allí. Cervecita y buena música.
El quinteto pucelano, con Roberto Terne como frontman destacado, han presentado su primer larga duración «Jardín», tras ese maxi titulado «Órbita Química» que pudimos conseguir gracias a nuestro colega Luis Alberto.
Se trata de un álbum que incluye los cortes de «Órbita Química» como el tema del mismo título o «Mr. Papi», pero que además incorpora otros temazos como el que da título al álbum, «Jardín», un tema muy pegadizo que puede lanzar a este quinteto a lo más alto de las listas.
¡ Llevamos días enganchados a este disco !
El sonido de esta banda se enmarca dentro de la psicodelia, aunque en realidad, van más allá de clichés.
En nuestra humilde opinión, se trata de un collage de influencias, entre las que destacan George Harrison (de ahí el nombre del grupo), los británicos KULA SHAKER, los míticos PINK FLOYD, en especial la época en la que estaban liderados por el loco y oscuro genio de Syd Barrett, y toques pop/rock con reminiscencias del Swinging London de finales de los ’60.
Destaca la interpretación al sitar de Rosalía Martínez, que en nuestra opinión, está a años luz de la absurdamente sobrevalorada técnica de Jess de SIDONIE. Pero, claro, la imagen es la imagen…
Tras el concierto, hemos saludado a Roberto Terne, con quien hemos hablado del nuevo disco.
Después hemos bajado hasta el centro a tomar un par de copas y hemos descubierto un agradable local, justo enfrente del Teatro Calderón, que se llama La Candela, donde un super agradable camarero llamado Philippe nos ha atendido estupéndamente y nos ha servido un montón de combinados variados que se nos han subido a la cabeza a toda velocidad, entre los que destaco el Martini preparado con sifón; un combinado alucinante.
La decoración del local era bastante estrambótica pero agradable a la vez.
Después, el Penicilino… y no recuerdo más.
«Sentado en mi jardín…»
