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El paso del tiempo y los lugares que dejan de existir
Con el paso de los años la lista de lugares que conocemos (y que forman parte de nuestra historia personal) se va incrementando.
Al mismo tiempo, y por desgracia, también va aumentando la lista de lugares que ya no podremos visitar más.
Un lugar muy especial
Uno de los lugares más especiales para nosotros, por lo que significa y por los recuerdos que nos trae de nuestro primer viaje por el Oeste de Estados Unidos (allá por el año 2008) es el pueblo de Coulterville, un pueblo de la fiebre del oro situado en la zona del parque nacional de Yosemite, al este de California.
Hablamos del Hotel Jeffery, un magnífico ejemplo de construcción de la época de la conquista del Oeste que, como en muchos otros casos, cuenta con una leyenda de encantamientos y fantasmas, así como con un magnífico Saloon, el Magnolia.
Nunca olvidaremos la noche del sábado 16 de agosto de 2008, cuando viajamos a esa zona sin reserva de alojamiento y paramos en este hotel, ya de noche.
Y nunca olvidaré la fabulosa sensación de encontrarme en el Far West montado en un Mustang negro, en una calida noche de agosto y en un pueblo conservado tal y como se fundó en la época de la fiebre del oro.
Esa noche paramos a preguntar si tenían habitaciones libres y, como no las tenían, nos tocó vivir una de las mayores aventuras de nuestra vida…
Durante algunos años dudábamos de cuál era ese lugar y de dónde se encontraba, hasta que lo descubrimos.
Nuevas ocasiones
Por suerte, en 2012 pudimos volver a pasar por allí, aunque fue por la noche y con una reserva de alojamiento en otro pueblo (Mariposa) por lo que no pudimos quedarnos a dormir, pero sí pasamos al día siguiente a desayunar en el Saloon.
Al año siguiente, en 2013, volvimos a pasar por allí y, de nuevo, no pudimos quedarnos a dormir porque teníamos reserva en un motel de Mariposa, pero nos quedamos a cenar en el Magnolia Saloon. Inolvidable.
El Hotel Jeffery sufre un incendio
El 21 de agosto de 2015 nos enteramos de que el hotel había sufrido un pavoroso incendio a finales de 2014.
Tras investigar por internet, vimos que había comenzado la reconstrucción y estaba planeado terminarla a comienzos o mediados de octubre de ese año.
Por desgracia, eso nos impedía quedarnos a dormir allí.
Todavía cerrado
Ahora, años después, hemos vuelto a buscar información y hemos comprobado con tristeza que sigue cerrado.
Suponemos que no han podido conseguir toda la indemnización del seguro que esperaban obtener.
Al menos, de momento, no parece ser un cierre definitivo, como en otros casos.
Confiamos en que finalmente sea restaurado y abierto al público en breve… aunque seguramente no lo estará para nuestro siguiente viaje por esas tierras.